Presentación
Esto es un ensayo. Escritura que habla de objetos, otra forma de grafía. Objetos que sirven para contar historias, para revelarnos como historia. La reflexión surge de una evidencia: la desaparición. Hablo de un mundo virtual, pero también de una instalación material constantemente modificada. Los objetos cotidianos ya no son heredados, sino desechados, olvidados, ignorados. En este trámite, aparentemente falaz, nuestros recuerdos son desplazados. Creo percibir en ese fenómeno una variante antropológica fundamental.
Intento hablar de objetos insignificantes como seres que también pueblan la Tierra, como el roble, los sueños o las montañas. Por eso este material narrativo es una mezcla de recuerdos personales, análisis antropológicos, reflexiones filosóficas, evocaciones cinematográficas, datos biológicos y aproximaciones literarias. En este sentido, la figura de Tarkovski y su cine son guías de la exposición. Las afinidades estéticas y metafísicas compartidas son evidentes: el tiempo, la memoria y el desprecio a los valores modernos.
El texto está dividido en cuatro partes, más la Introducción y un pequeño Epílogo. Cada una de estas partes funciona de forma relativamente autónoma, por lo que algunas ideas, aunque abordadas desde perspectivas distintas, se afirman de manera reiterativa. La Introducción “Stalker y La planchadora” es una breve meditación sobre el hecho estético y la vida cotidiana.
La primera parte, “La incógnita final del objeto”, presenta una reflexión acerca de la naturaleza o el carácter definitorio del objeto, por lo cual se rastrean las condiciones que generaron la relación irreductible entre el hombre y la materia.
La segunda parte, “La tela de Aracné”, compone una compleja exploración sobre el entramado reticular que sostiene y une todos los seres en el mundo. Por tanto, se hace un recorrido crítico por los fundamentos del modelo epistemológico moderno, en claro contraste con alternativas cognoscitivas que rebasan las clásicas dicotomías entre naturaleza y cultura.
La tercera parte, “Cartografía del instante”, intenta ofrecer un cuadro que refleje el devenir del hombre cotidiano como acto creativo, de carácter ficcional, del mismo orden del acoplamiento estructural de los organismos con su entorno.
La cuarta parte, “El programa y la memoria”, constituye el preámbulo para establecer un nuevo recorrido antropológico ante la singularidad técnica actual. El sistema de los objetos, programa que especifica un tipo de memoria a través de las distintas configuraciones del tiempo, es transformado por la aceleración del avance tecnológico. Esto incide en la forma que tiene el hombre de enfrentar su imagen fugaz en la ejecución del recuerdo.
Espero haber conseguido formular algunas preguntas relevantes acerca de la posición del hombre en cuanto artífice y entidad biológica que sobrelleva el peso de la conciencia. Conciliar cierto pacto con el futuro.